La Navidad es una época de celebraciones que conlleva gastos significativos en regalos, comidas, viajes y mucho más. La mayor parte de este gasto se destina a regalos, seguido de comidas y celebraciones y viajes. Además, se estima un gasto adicional en fiestas y comidas con compañeros de trabajo.
Para controlar estos gastos, se sugieren cuatro estrategias clave:
- Crear un presupuesto: La planificación financiera es esencial. Es importante tener claro el dinero disponible y los gastos previstos, considerando también la paga extra de Navidad. Esto ayuda a enfrentar gastos inesperados y a evitar la “cuesta de enero”, un periodo de dificultades económicas tras las fiestas.
- Regalar con cabeza: Es fundamental conocer bien a la persona a la que se regala para evitar compras innecesarias. Optar por regalos significativos y sostenibles, como experiencias, puede ser una buena alternativa. Además, el formato del amigo invisible, donde cada persona regala a una sola, permite hacer regalos más personalizados y económicos.
- Compartir los gastos: Dividir el costo de las comidas navideñas entre los asistentes o cambiar el menú por opciones más económicas puede ayudar a reducir gastos. Optar por productos frescos, locales y de temporada también puede ser una opción más económica y respetuosa con el medio ambiente.
- Planificar las compras con tiempo: Comprar productos con antelación y comparar precios entre establecimientos puede ayudar a evitar el aumento de gastos de última hora. Congelar productos que suben de precio en estas fechas, como el marisco, es una estrategia útil.
Finalmente, se destaca la importancia de ahorrar de manera consistente durante todo el año para enfrentar diferentes tipos de gastos: imprevistos, planificados.
Fuente: Marta Pachón Díaz, Blog MAPFRE
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