Controla y planifica tu economía familiar: Debes tener claro cuánto dinero entra en casa y cuáles son los gastos fijos. Puede parecer obvio, pero es imprescindible tenerlo muy definido, por ejemplo, con una hoja de cálculo. La regla de oro es no gastar NUNCA más de lo que ingresas.
Establece un objetivo: Piensa cuánto quieres ahorrar, busca objetivos alcanzables y respeta las cantidades. No lo gastes en otra cosa ni cuentes con ello para imprevistos.
No esperes a fin de mes: Aparta el dinero que quieres guardar cuando recibas tu nómina. Si lo dejas para fin de mes, puedes acabar gastándolo y antes de darte cuenta habrás dejado tu objetivo de empezar a ahorrar para el mes siguiente.
Abre una cuenta de ahorro: Puede ser otra cuenta que ya tengas abierta y no utilices para el día a día. Lo importante es que no tenga tarjeta para que no caigas en la tentación. En realidad, debes hacer como si no tuvieras ese dinero, ya que no debería estar disponible. No saques el dinero de esa cuenta, haz que sea una cuenta de ingreso y no de gasto.

Plan de acción para el ahorro

Tienes una hoja de cálculo en la que defines los ingresos (nómina, alquiler de alguna propiedad, inversiones…) y los gastos fijos (hipoteca o alquiler, alimentación, luz, gas, gasolina, préstamos…). Te das cuenta de que ingresas más de lo que suponen tus gastos fijos (recuerda hacer una previsión para gastos de comida, que no sean imprevistos). Calculas un porcentaje de lo que te queda a fin de mes (que no sea el 100%) y decides ahorrarlo. Veamos cómo:

A fin de mes, cuando te ingresan tu nómina, destinas directamente la cantidad que has establecido para el ahorro y la pasas a tu cuenta de ahorro. No lo tocas, no cuentas con ese dinero y así va creciendo mes a mes. Si sigues estos sencillos consejos y no dejas nada al azar (haciendo una buena previsión y controlando los gastos innecesarios), verás cómo ahorrar es posible.

Fuente: Seguros y Pensiones para Todos; Fundación MAPFRE

.